sábado, 20 de octubre de 2012

LOS RESPIRADORES BUCALES Y SUS IMPLICACIONES


Los que respiran por la boca por obstrucción, son aquellos que presentan desviación del tabique nasal, cornetes agrandados, inflamación crónica y congestión en la mucosa faringea, alergias e hipertrofia amigdalina.
Los que lo hacen por costumbre, mantienen esta forma de respiración aunque se les haya eliminado el obstáculo que los obligaba a hacerlo.
Los que lo hacen por razones anatómicas, son aquellos cuyo labio superior corto no les permite un cierre bilabial completo, sin tener que realizar enormes esfuerzos.
Con estos pasos adecuadamente aplicados para el cirujano dentista, se evitara caer en una negligencia médica que puede traer como resultado una demanda jurídica.
Durante años se ha generado gran cantidad de información científica referente al desarrollo dentofacial y sus implicaciones en la respiración bucal
Existe también información clara y precisa sobre el adecuado desarrollo de las estructuras faciales durante sus etapas iniciales o finales y sobre las alteraciones que se pueden presentar si se modifica de alguna manera el funcionamiento y desarrollo normal de las estructuras oronasales durante el crecimiento facial ( hábitos deletéreos como respiración bucal, succión digital y deglución atípica entre otros).
La gran mayoría de esta evidencia científica, concluye que la obstrucción nasofaríngea crónica, frente en un individuo durante las etapas cronológicas de crecimiento facial, afecta de manera contundente y modifica el desarrollo de la cara y las estructuras orales.
El hombre nace condicionado para respirar por la nariz y alimentarse por la boca.
Al romperse ese mecanismo fisiológico se afecta el crecimiento y desarrollo, no solo facial, sino general.
La respiración bucal se considera normal, sola cuando se realiza bajo esfuerzos físicos muy grandes.
Algunos niños manifiestan conductas inadecuadas que afectan el normal desarrollo bucodental.
Cuando los hábitos negativos persisten crean casos graves de maloclusión que afectan estética, funcional y psíquicamente al niño.
Los efectos inmediatos de la respiración bucal consisten en la introducción de aire frío, seco y cargado de polvo en la boca y la faringe.
Se pierden las funciones de calentamiento, humidificación, y filtrado del aire que entra por la nariz, con el consiguiente incremento de la irritación de la mucosa faríngea, siendo pobre la cantidad de oxígeno que pasa por la sangre.
En estos niños se observa ligera anemia, hipoglobulinemia y ligera leucocitosis, pérdida de expansión normal de sus pulmones, déficit de peso y a menudo tórax aplanado.
En el aparato circulatorio se presentan trastornos funcionales, palpitaciones, soplos y variaciones de la tensión arterial, además disminución de la capacidad intelectual, así como alteración de la audición, el olfato y el gusto.
Se producen repetidas adenoiditis y faringitis agudas y crónicas.
También es de señalar la asociación de estos pacientes con la escoliosis y el pie plano
La respiración oral conlleva una abertura de los labios, un cambio en la postura craneocervical para facilitar la respiración (flexión posterior de la cabeza) y con ello la mandíbula efectúa una rotación hacia atrás de forma que la lengua queda en una posición descendida sin contacto con el paladar.
Si el periodo de respiración oral se prolonga, este cambio en la postura de cabeza-mandíbula-lengua puede conducir a un cambio en el equilibrio de presiones sobre los dientes y los maxilares que dé lugar a una afectación del crecimiento de los maxilares y de la posición de los dientes 
En estas situaciones la correlación de hechos no se debe de confundir con una relación causa-efecto.
Las variaciones en la postura pueden no ser la causa de las proporciones faciales.
Tanto la postura como las proporciones faciales probablemente están relacionadas a factores añadidos desconocidos
Síntomas más frecuentes del respirador bucal
·         Tos seca
·         Tos nocturna
·         Incapacidad respiratoria
·         Apneas obstructivas del sueño
·         Trastornos en el desarrollo del macizo facial (paladar estrecho y hundido,     mandíbula elongada)
·          Deglución atípica
·          Dientes mal implantados
·          Sinusitis
·          Otitis
·          Trastornos de la audición
·           Falta de atención
·           Retraso escolar
·          Alteraciones posturales

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